lunes, 26 de septiembre de 2011

El Internet

Con la llegada de Internet pensábamos que íbamos a ser libres. No hicieron creer que las cosas iban a estar mejor y nos prometieron que todo lo íbamos a tener  a un clic de distancia.
Cumplieron su promesa pero no todas las cosas están mejor.
Somos cada vez mas esclavos de la net.
Los sistemas de mensajeria nos convierten en personas superficiales, nos pasamos horas escribiendo palabras sin sentido, solo para ver achicarse la barra gris de la ventana y nos olvidamos de cómo se le habla a una persona cuando se la mira a la cara.
Las redes sociales hacen que rompamos con nuestra privacidad casi sin darnos cuentas. Publicamos fotos y pasamos horas envidiando las sonrisas fingidas de otras personas que ni siquiera conocemos pero que son nuestros “amigos”.
Descargamos miles y miles de canciones de grupos que adoramos y veneramos sin siquiera pensar que nuestros artistas preferidos viven de los discos que venden.
No es que estoy en contra del progreso pero el Internet no debería estar en manos de cualquiera. La guerra de la información es para soldados preparados, sin embargo los niños de las nuevas generaciones se crían frente a un monitos consumiendo pornografía y haciendo compras online sin que nadie les enseñe a sacar provecho de la gran red.
Los que deberían educar regalan computadoras, como si tal cosa aportara al progreso de la sociedad, lo único que logran es criar consumistas y piratas que no son capases de diferenciar la paja del trigo y que podrían escuchar un poema de amor y no discernirlo.
Los románticos se extinguen y proliferan los chamuyeros online y lo peor es que nuestras mujeres comienzan a preferir un “Wep como estas” o un “Holis mi vida” en una ventanita de chat antes que un “Te amo” al oído.
El viejo arte de escribir cartas y regalar flores es suplantado por “¿Qué estas pensando?” en un muro que ni siquiera esta echo de ladrillos, es solo una extraña metáfora que nos da idea de pizarrón y llenamos la cartelera con nuestro día a día y así logramos que la vida pierda ese misterio y que las casualidades no existan.
La peor parte se la llevan los de la vieja escuela que son propensos a creer en las cadenas que agobian las casillas de correo electrónico. Cosas como “si no mandas esto a 7 contactos un meteorito de criptonita aplastara tu casa”. ¿Qué los hace creer en las cadenas? Si lo mismo se lo decis personalmente te tratarian de loco. Estoy seguro de que algunos creen en una cadena pero no creen en Dios.
¿Será la magia del Internet?
No. Es solo que todos somos cínicos en el fondo y el Internet es un gran cuento de hadas, es tan fácil como escribir “Como ser feliz” en el sagrado Google y saldrán 10 secretos para la felicidad. O “Como estirar mi pene” y saldrán métodos para tenerla como Hulck pero menos verde.
Podría apostarte lo que quieras a que no podes abrir una página de Internet sin que aparezca publicidad en algún lado.
El Internet se convierte en un arma de doble filo y mientras menos educación mas filoso es el lado malo de la red.

martes, 30 de agosto de 2011

Tempestades de la vida


¿Que hay que hacer cuando los besos por celular no alcanzan?
Cuando te cansaste de perder batallas que no te aran ganar ninguna guerra.
Estas sentado en el trono de acero fundido hecho de las espadas de los vencidos. Pero no te sentís un Rey. ¿Por que?
Podrías vivir con menos de la mitad de lo que tienes pero cada vez quieres más y más, y la propaganda te incentiva a hacerlo. Casi todo esta a un clic de distancia y eso te hace sentirte un pirata en este mar de cristal que podría romperse en cualquier momento.
El problema no es la lluvia de cristal, el problema es que naufragar ya no es una opción. Te acostumbraste a dormir caliente y el invierno es un chiste de algún anciano nostalgioso.
Pasas mas tiempo mirando el horizonte que mirando tu cuaderno y caes en ese bucle infinito del que nunca podrás salir solo. Paras a respirar de vez en cuando pero la única solución es que alguien te de la mano.
Estas tan jodido que volviste a creer en reyes magos y es eso lo que te alivio la ultima caída, el problema es que ya no te quedan cosas para prometer y cumplirlas todavía no es posible.
Sos conciente de que comienza a secarse tu jardín de sonrisas y un desierto se avecina, lo malo es que no debería estar pasando, porque no hay razones esta vez. Lo que te asusta es que no entiendes el “por què”.
Levantaste de la lona a mil boxeadores pero no podes con tu propio peso.
Nunca aprendiste a salir del poso porque siempre anduviste saltando entre montañas y hoy estas tocando fondo.
Aprendiste por las malas que todas las palabras que van antes de un “pero” no tienen ningún valor y quisieras poder cambiarlo todo, pero eso no se puede hacer. Y seguro que si podrías hacerlo dudarías, porque cada una de tus elecciones de vida estuvieron en contextos diferentes y disfrutaste de cada uno de ellos.
Así que de nuevo te resignas a vivir y te consuela pensar que la vida es así.
Peor seria que los tuyos se estén hundiendo y vos no puedas hacer nada, ni siquiera hundirte con ellos porque no hay lugar para dos en ese charco.
Seguís pensando que el amor y la lealtad son suficientes y te hiere saber que ya nadie quiere eso. Cada día que pasa te demuestra que sos un hombre analógico en un mundo digital y tiraste todos los discos de vinilo que te recordaban tus días de gloria. Evidentemente no quieres acostumbrarte y odiarías hacerlo, así que vivís forzando hábitos en los demás y los hábitos no se pueden soldar son de madera de corcho y no se pueden clavar, solo flotan y tu estas parado sobre ellos.
Podrías pasar horas esperando sus señales pero esas señales nunca llegaran porque ella viene de lejos, viene de donde las señales eran utopías, o quizás ella ya agoto toda su energía y vos te enamoraste del envase vació que alguna vez contuvo tanto caramelo que podría empalagar a una docena de niños. Y añoras esa dulzura porque saboreaste la envoltura y estas convencido de que podrías llenar todo ese vació.
 Pero estos días te están mostrando la cruda realidad y no quieres afrontarlo.
Tu idealista forma de ver las cosas te ayuda a buscar recetas pero ninguna es tan dulce, siempre falta azúcar o te sobra algo.
Te asusta que pierda el tiempo con vos, y deseas con todo tu corazón que no sea así porque al fin encontraste algo noble por lo que vivir sonriendo.
Ella es tu aliento de vida y le prometiste tu única riqueza. Pero la riqueza es tan relativa como la belleza.
Por suerte tienes el don de divisar luces en la distancia y con un faro no hay forma de perderse en esta tormenta.
Suerte en tu camino!!!