jueves, 29 de noviembre de 2012

Mediocracia

La democracia  requiere de ciudadanos libres y voluntarios en su mayoría. Si cualquiera de estas tres dimensiones no existe,  o aparece disminuida,  entonces no existe democracia y existe alguna de las degeneraciones de esta.
Analicemos uno de los factores que influyen en la libertad, la satisfacción de las necesidades básicas.
Cuando una persona no puede o no dispone de los medios necesarios para satisfacer sus necesidades básicas,  es decir,  hambre, seguridad, higiene, pertenencia de grupo, etc,  entonces su Libertad se ve acotada. Esto se debe a que la persona hará cualquier cosa que le permita llenar sus vacíos. Esto impide que la persona actue con libertad,  más bien, actuará por instinto.
Si ahora analizamos lo que influye en la voluntad de las personas, podemos empezar por su educación. Una persona es voluntaria de sus actos en la medida en que es consiente de si misma. No estoy hablando de la voluntad en términos jurídicos. Me refiero al grado de conciencia con que una persona toma sus decisiones. Podría decirse  discernimiento, pero digo voluntad para dar contexto social.
Un ejemplo: una persona no puede actuar con plena voluntad cuando recibió adoctrinamiento en su niñes o su falta de buena educacion y cultura permitio que sea adoctrinada de grande.  En sus decisiones se verán reflejadas las voluntades de sus instructores.
Resulta claro que todos recibimos influencias,  pero se debe tener el poder de elegir,  poder que se pierde con el adoctrinamiento.
Por último,  el carácter de mayoría es lo que asegura que el timón del estado este manejado por hombres libres y voluntarios. 
Cuando la mayoría es gente con la desgracia de la pobreza y el insulto del adoctrinamiento,  entonces no existe Democracia. Agravante de esta situación aparece cuando un gobierno se encarga (o permite) de fabricar mediocres, relajando la cultura del trabajo con indefinidos subsidios, enseñando que los pobres son buenos y los ricos malos (como si la bondad se pudiera medir por la riqueza) y adoctrinado niños.

martes, 16 de octubre de 2012

Sobre la Democracia


El principio de la democracia se corrompe cuando el amor a las leyes y a la patria comienza a degenerar, cuando la educación general y particular son olvidadas, cuando los deseos honestos cambian de objeto, cuando el trabajo y los deberes son considerados como penas; entonces la ambición entra en los corazones, que pueden recibirla, y la avaricia se adueña de todos. Estas verdades son corroboradas por la historia….
       Finalmente, el principio de la democracia se corrompe no solo cuando se pierde el espíritu de la igualdad, sino también cuando se persigue el espíritu de la igualdad extrema, y cuando uno quiere ser igual a aquel a quien ha elegido para mandarle: es entonces cundo el pueblo, no pudiendo soportar el poder que él ha confiado, quiere hacerlo todo por si mismo, deliberar en lugar del senado, ejecutar las leyes en lugar de los magistrados, y despojar de sus funciones  a todos los jueces.

Este abuso de la democracia es considerado razonablemente como una verdadera oclocracia (definición de oclocracia). En este abuso no hay amor al orden, ni a las costumbres; en una palabra, no existe la virtud: entonces surgen corruptores y pequeños tiranos, que poseen conjuntamente los vicios de uno solo; pronto un solo tirano se eleva por encima de los otros, y todo el pueblo pierde hasta las ventajas que había creído obtener de su corrupción.

Seria bueno que el gobierno popular pidiera conservar el amor a la virtud, a la ejecución de las leyes, a las costumbres, a la frugalidad; si pudiera evitar estos dos excesos: el espíritu de desigualdad que lleva a alguna degeneración de la aristocracia, y el espíritu de igualdad extrema que conduce al despotismo de uno solo; pero es bastante raro que la democracia pueda guarecerse durante largo tiempo de estos dos escollos.

El destino de este gobierno, admirable en principio, es concluir casi infaliblemente siendo presa de la ambición de algunos ciudadanos, o de la de los extranjeros, y a pasar así desde una inestimable libertad a la mayor servidumbre.
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He aquí casi un resumen sobre la democracia obtenido del libro “El espíritu de las leyes” de Montesquieu, hecho por el señor caballero De Jacourt en la Enciclopedia de Diderot y D’Alambert.