Cuando analizamos el espíritu de
esta ley y los argumentos de los diputados podríamos inducir, sin temor a
equivocarnos, que, «mientras más jóvenes accedan a la política, mejor será
la política», que sería lo mismo «más, es siempre mejor cuando se trata
de jóvenes en la política».
No puedo dejar de puntualizar, que
en ninguna parte del proyecto se prevé quiénes podrán acceder a los Centros de
Estudiantes, quizás sea , porque el proyecto está escrito por chicos de
secundaria ,que pueden haberse olvidado de esto, o tal vez sea, porque si se
ponen condiciones para acceder a los Centros de Estudiantes, estaríamos yendo
en contra del concepto que tenemos de Democracia, lo digo porque, últimamente,
a la palabra Democracia se la está utilizando, como sinónimo de acceso masivo y
directo a los órganos del Estado, o como acceso masivo y directo a los
servicios del Estado.
Noto que se da por supuesto, que
todo chico que integre un Centro de Estudiantes, está dispuesto a asumir la
responsabilidad que eso implica y que no
está ahí, por el solo afán de representar a sus compañeros, de sentirse
importante, etc.
Ahora
bien, creo firmemente, que el acceso de jóvenes a los sistemas democráticos,
como son los Centros de Estudiantes, es muy favorable, pero, no obstante,
creo que se deberían tomar algunos recaudos con respecto a quienes pueden
formar parte de estos Centros de Estudiantes. No alcanza con el solo hecho
de mostrarse interesado por formar parte de un Centro de Estudiantes, ya
que ese interés, puede verse motivado por miles de razones que
distan del interés por la política en su máxima esencia. Esta posibilidad de
verse interesado en formar parte de un Centro de Estudiantes sin que nos “guste”
la política, aumenta en la medida que baja la edad del militante. A lo que me
refiero, por ejemplo, es a que, un chico que va a la secundaria y tiene 15
años, podría querer formar parte de un Centro de Estudiante, porque su mejor
amigo forma parte de él y no porque tiene intenciones de reflexionar acerca de
que es lo más favorable para su
sociedad, me atrevo a decir, que un
chico de esa edad, no debería cargar con el peso de reflexionar esas
cuestiones.
También sé que la realidad de
las actividades políticas de un centro de estudiante en un colegio secundario,
no es la misma que la de un Centro en una universidad y no es la misma que la de un partido
político. Resulta claro que la política es algo que evoluciona
paulatinamente en una persona y que mientras más temprano se desate ese interés
por la comunidad, mejor será el nivel del futuro político.
Un
chico en esta etapa de la vida, la secundaria, debería ser estimulado para
formar su mente, para poder hacer reflexiones sobre la conveniencia y lo
favorable para una sociedad, en un futuro no muy lejano. No digo que un adolescente no es capaz de derechos, digo que está en la etapa en que su mente
es una máquina de procesar información y que esa etapa debe ser aprovechada
para instruirse y educarse. Que quede claro, que no estamos hablando de la edad
(14, 15, 16 años), sino de la etapa de sus vidas y del interés de los
chicos, también es importante resaltar, que no todos los chicos están listos
para tomar decisiones sobre cuestiones importantes y asumir las consecuencias,
aunque podrían ir desarrollando aptitudes para eso.
¿Estoy
diciendo que están mal los Centros de Estudiantes en las secundarias?
No, para nada, son muy
favorables, porque quizás, uno de cada diez chicos (no tengo estadísticas,
estoy estimando), se verá interesado en la política verdadera, y que un joven,
a esa edad, se interese en la política significa que es un potencial futuro
líder y patriota, siempre que su
interés sea genuino y no se vea interferido por intereses de
los adultos de su entorno o de su entorno en general, algo que es muy difícil
de impedir en los adolescentes que, naturalmente, por su edad, son una esponja
de influencias.
No estoy en contra de los
jóvenes en la política, estoy en contra del acceso deliberado de personas a
la política y a favor de concientización de los chicos en cuanto a su
rol como ciudadanos. Logrando jóvenes ciudadanos (que no es lo mismo que
habitantes), nos garantizaríamos buenos políticos.
Me
tomo el atrevimiento de citar un hecho histórico que servirá de analogía: Cuando
en 212 dc el Emperador Caracallas le otorgo la ciudadanía Romana a todos los
habitantes del territorio del gran Imperio Romano, fue el inicio de su fin. El
hecho de que todos, deliberadamente, tengan la ciudadanía romana, hizo que los
valores republicanos y patriotas que mantenían al imperio, se desvanezcan,
debido a que multitudes de hombres de otras nacionalidades y por ende, con
otros valores y costumbres, adquieran la ciudadanía romana y con ella, el
derecho de formar parte de los comicios, de los ejércitos, etc... La cantidad
no mejoro al Imperio, que perdió su calidad de ciudadanos valerosos y
republicanos.
(Aclaro
para que no haya confusión, en el 212 dc ya no existía República Romana como
tal, sino que era un Dominado, pero las instituciones republicanas y el
derecho, seguían atenuadamente existiendo. Tampoco este fue el único factor que
derrumbo al temerable Imperio. No es mi intención hablar de Historia.)
Con
esta pequeña anécdota histórica, lo único que quiero resaltar, es que la
calidad no debe ser algo que debe descuidarse por el afán de hacer honor a la,
mal entendida, palabra Democracia, simplemente estoy diciendo que debemos
motivar a nuestros chicos a que se interesen genuinamente en la política. No
abrirles las puertas para que pasen y después dejarlos librados al azar (o al
acecho).
No quiero que malos intencionados tergiversen
mis buenas intenciones diciendo que estoy haciendo apología al voto calificado
o cosas así. Simplemente estoy haciendo mi democrático aporte a la sociedad y
como soy un simple estudiante, podría estar equivocado, incluso existe mucha
probabilidad de que lo esté, pero estaré feliz si algún lector por lo menos
reflexiona y confirma sus posturas.
Quiero recordar que Democracia no
tiene nada que ver con igualdad, la única igualdad que admite la democracia es
la igualdad de derechos, es decir, la igualdad de oportunidades, y, por
supuesto, si existe igualdad de derechos existe igualdad de obligaciones,
porque con cada derecho hay una obligación, algo que los que hablan de derechos
olvidan de contarnos.
Los
que creen que con dictar clases, recomendar bibliografía y tomar exámenes, en
la escuela, es suficiente, se equivocan, eso es lo que hoy pasa y creo que no
alcanza. La escuela debería reforzar y complementar los valores que
los chicos traen de la casa, he aquí otro problema, la educación política
comienza en la casa, no hablo de
política partidaria, hablo de genuina y legitima política, la que surge de
tener ciudadanos forjados con valores y virtudes. No olvidemos que los padres,
también fueron a la escuela y que la escuela tuvo que haberlos formado como buenos ciudadanos y que, a su vez, los alumnos algún día serán maestros
(o dirigentes). Lo que significa que no se trata solo de redactar leyes, sino
que hay que hacerlas eficientes. Todos estamos en este gran círculo (la
sociedad) y por consiguiente, depende de
todos que todo salga bien.
La Política es necesaria, los jóvenes
en la política son necesarios, pero algo
más necesario es la educación de los que se interesan en política. La educación
es lo único que nos garantiza que los partícipes de la política no actúen como ovejas
de un pastor que las guía y los
partícipes somos todos.