viernes, 21 de diciembre de 2018

¿La verdad es solo una mentira bien contada?


Hace algunos días realice una pequeña encuesta en Instagram con la siguiente pregunta: ¿La verdad es solo una mentira bien contada? Los participantes podían responder por Sí o por No. Como no soy una persona popular y tengo pocos seguidores, visualizaron la encuesta solo 148 personas, de las cuales eligieron participar solo 31.  18 de esas 31 personas piensan que la verdad es solo una mentira bien contada y 13 piensan que no es así. Es decir, el 58% respondió SI y el 42% respondió NO.

Dicho esto me propongo hacer una breve reflexión al respecto y antes de partir me parece propicio hacer dos aclaraciones. La primera es que  31 personas encuestadas representan una muestra muy pequeña como para aventurar conclusiones generales. Y la segunda (consecuencia de la anterior) es que todo lo que diga es una opinión que como acabo de indicar no se sustenta en un procedimiento científico adecuado.

¿Y qué importa si mi reflexión está bien argumentada? Quizás si me esfuerzo lo suficiente les cuento bien una mentira…

Lo cierto es que reducir la respuesta de esa pregunta a una dicotomía tan simple, sí o no,  es casi una herejía. Asumo la culpa, fue a propósito, fui yo, yo dividí la población entre los relativistas y los que creen en absolutos.  Mi opinión al respecto está en el medio y es injusto que no haya colocado esa opción, quizás las 117 personas que vieron la encuesta y no participaron eran partidarias de la respuesta “Ni lo uno ni lo otro”.

Pienso que “la verdad” es un consenso porque la única forma de que dos personas hablen de lo mismo y coordinen acciones, es a través de un lenguaje en común y el lenguaje es un consenso. Por ejemplo, todos los que hayamos recibido “la misma educación inicial” que  la sociedad en su conjunto  “ha consensuado” brindarnos mediante las instituciones educativas, sabemos que 1 + 1 es 2. Ahora bien, si una persona no va a la escuela y crese escuchando canciones de Joaquín Sabía, cuando le preguntemos sobre 1 + 1 nos dirá que no es igual a 2. (Escuchar la canción “Sin Embargo” de J.S.).

No creo que la verdad sea una mentira bien contada. Si por un momento asumo que la verdad es solo una mentira bien contada, entonces existiría una única rama del conocimiento, la del Marketing,la Oratoria, etc… Y no se enojen los profesionales del marketing, pienso que cada uno elige entre contar la verdad o contar buenas mentiras a la hora de posicionar un producto. Dije eso bajo el supuesto de que la verdad es una mentira bien contada.

Y en este punto quizás estén pensando en el auge que tuvo en los últimos años la ciencia del Marketing potenciada por las redes sociales. Bueno… esa es la prueba de que cada vez son más los que aceptan que la Verdad es solo una mentira bien contada.  No estoy negando el postulado sofista de que el hombre es la medida de todas las cosas, de hecho pienso que es así. Solo digo que tenemos que ser celosos de las ideas que acatamos sin someter a un pensamiento crítico. Porque al aceptar que la verdad es una mentira bien contada, estamos estimulando la industria del bien decir, la de solo  formas y no  contenidos, del mucho ruido y las pocas nueces.

El primer consenso que debemos hacer es el de la Verdad. ¿Qué es la Verdad? me gustaría proponer que nos pongamos de acuerdo en que la Verdad es ante todo un compromiso. Un compromiso que hace quien la emite con su audiencia. Si pensamos de esa forma respecto a la Verdad, la industria que vamos a estimular es la de la responsabilidad. Porque el que esté dispuesto a enarbolar una Verdad va a tener que estar listo para exponer sus argumentos, los cuales podrán ser validos o inválidos, pero  al menos tendrá el compromiso de buscar argumentos antes de hablar.

No existen ideas inocentes cuando se habla de Verdad, porque es una de los conceptos basales de una sociedad. Elijan ustedes con qué reglas de juego quieren participar de la sociedad, si con las que benefician a los que saben hacer lindos cuentos o los que tienen buenos argumentos.